lunes, 31 de mayo de 2010

La bobada de las papas rellenas

Cocinado por Huma el lunes, mayo 31, 2010 2 cucharadas
La cocina es un área sorpresiva. Y eso me agrada. Como yo soy una inventora, pues a veces no sé que resultará de la mezcla de ingredientes, y esa es una sensación que me llena de adrenalina.Y bueno, así como hay recetas que me quedan de maravillas, hay otras que mejor ni mencionarlas. Pero, claramente, es gracias a esos errores que sé que mucha harina en la salsa blanca la deja con mal sabor, y que cocer el zapallo en agua para preparar ñoquis es el error más irreversible y grave.
Esas ocasiones de “chapulinadas” igual son graciosas. A mi me ha dado ataque de risa (después de llorar, obviamente), cuando me sucede algo imprevisto en la cocina. Las galletas duras me han sacado las mismas carcajadas que el queque más desinflado de la historia.
Pero el suceso más gracioso (y doloroso) es el que me pasó cocinando con Vinotinto en Curicó. A ese suceso lo llamo “La bobada de las papas rellenas” y es tan chistoso que ahora mismo me río. Y cuando lo cuento, también saco sus buenas risotadas.
Corría el año 2006 y, en un día frío como suelen ser los días de invierno en Curicó, decidí cocinar papas rellenas y cachiporrearme frente a Vinotinto, pues recién estábamos empezando nuestra felina relación. Así, entre ronroneos y corridas por el techo, pensé que si cocinaba papas rellenas quedaría como reina, pues a Vinotinto le gustan mucho las papas.
Pues bien, hice el puré, le puse harina, corté trozos de queso, forme las pelotitas que luego aplasté hasta darle la típica forma de las papas rellenas.Vinotinto me miraba desde la puerta de la cocina, con una mezcla de curiosidad y admiración. Ciertamente le gustaba mucho verme manipular tan profesionalmente los ingredientes. Y entonces más chamullo metía yo, mientras cantaba alguna cancioncita que sonaba en la radio.
“Ahora, hay que calentar el aceite para que se frían bien”, le dije a mi amado gato. Y mientras sucedía eso, yo seguía haciendo papitas rellenas como una máquina de hacer papas rellenas. Para corroborar que el aceite estaba en su punto, lancé un pedacito de puré y psssssssssssssssssss , subió inmediatamente a la superficie.
“¡Listo! Llegó el minuto, Vinotinto”. Y con toda la parafernalia propia de una gata que está seduciendo, tomé la papa rellena con mi pata derecha y la metí al sartén.
“¡AAAAAAAAAUCHHHHHHHHHHHHHHHHH!”, grité. “¡Ay, ay, ay, ay. Ñauuuuuu!”. Vinotinto corrió a mi lado y yo, con la pata toda colorada, lloraba en su hombro.
Al meter la papa rellena, la metí con pata y todo, friéndose no sólo la papa sino que mis dedos. Fue un dolor verdaderamente inconceptualizable y mis dedos quedaron rojos primero, y después con ampollas, inutilizando mi pata por 4 ó 5 días.
Vinotinto me hacía cariño pero, en el fondo, sólo quería reírse de mi maniobra tan poco profesional. Y sucedió. Una vez que me sequé las lágrimas, me miré la pata y dije “Pucha que soy tonta, ¡cómo me pude freír los dedos así!, y me puse a reír, con los mocos colgando, mientras Vinotinto se revolcaba en el suelo de la risa.
Desde ese momento, cada vez que hacemos papas rellenas no podemos dejar de acordarnos del suceso de “La bobada de las papas rellenas”, pero aplicando lo que aprendí después de él: poner las papas con un utensilio que no exponga mis patitas al aceite caliente.
Cómo pueden ver, eso de que de los errores se aprende, es cierto. Y que en la cocina, los errores llevan al futuro éxito.

martes, 25 de mayo de 2010

Lentejas bonitas

Cocinado por Huma el martes, mayo 25, 2010 1 cucharadas
Hace tanto pero tanto frío, que en estos últimos días sólo he podido estar enrollada y acurrucada en mi cojín de lana. Casi casi metiéndome dentro de la estufa.
¡Yo soy una gata de sol, pues!
Bueno, tratando de buscar lo calientito es que el domingo cociné lentejas. Comencé a pensar en las recetas de guiso de lentejas que circulan por las cabezas de las abuelitas y madres de Chile y, la verdad, ninguna me pareció novedosa. Respetando el saber antiguo, quise “modernizar” el asunto, sin utilizar el acompañamiento característico de esta legumbre: el arroz.
Y después me pregunté por el significado que la lenteja tendría en otras cocinas del mundo. Y bueno, de partida se cosecha en muchas partes del globo terráqueo por su adaptabilidad. Incluso puede encontrarse como planta silvestre. El origen, pues no está claro, aunque se sitúa en el Medio Oriente (lo que no me sorprende, por la cantidad de ricas recetas con lentejas que hay en ese sector). Lo que sí es muy cierto, es que la lenteja es vieja. Pero vieja. Es uno de los alimentos cultivados más antiguos, con nueve mil años de antigüedad. Imaginen que los restos más antiguos de su cultivo datan del 6600 A.C y fueron encontrados en Israel. ¡¡6600 A.C!! Lo que me hace imaginar a las familias unidas en torno a un plato de lentejas tal como lo hacemos ahora. Es un alimento que ha resistido el paso del tiempo, los cambios climáticos y la erosión del suelo. Es decir, no sólo es altamente nutritivo sino que ¡muy fuerte!

De todas maneras su uso desde la antigüedad no me extraña pues su alto valor proteico hace que sea un alimento que entrega resistencia y fuerza. Los egipcios, por ejemplo, la usaron mucho para alimentar a los esclavos que construían las pirámides. También las lentejas alimentaron a griegos y romanos. Soy capaz de imaginarme a Sócrates comiendo lentejas, y a Ulíses engullendo un gran plato antes de seguir con las aventuras de su Odisea.

Vaya, qué lindas las lentejas.

Personalmente, me gustan las lentejas pequeñas y en ensalada. Pero, como dije, el frío me hizo inventar las “Lentejas Bonitas” cuya receta les dejo acá.

Disfruten el sabor histórico de las lentejas.


Lentejas Bonitas
4 platos calientitos.


Ingredientes.

1 ½ tazas de lentejas.
½ cebolla mediana, cortada en cubitos.
2 dientes de ajo picados finamente.
½ pimentón rojo cortado en cubitos.
1 zanahoria grande, cortada en cubitos.
½ zapallo italiano, sin la pulpa y cortado en cubitos.
200 gramos de calabaza o zapallo camote, cortado en cubitos.
Ají de color, pimienta, orégano y merkén.
1 cucharada de Maicena.
Fondos de alcachofa salteados para acompañar.


Preparación.

-Se dejan remojando las lentejas toda la noche. Escurrir el agua y reservarlas.

-En una cacerola, freír la cebolla y el ajo hasta que se pongan rubios. Agregar el pimentón, seguir cocinando hasta que cambie levemente de color. Agregar la zanahoria y el zapallo italiano. Saltear por 5 minutos más. Agregar la calabaza.

-Revolver unos minutos más, aliñar, agregar las lentejas y cubrir con agua a ras de las legumbres.

-Dejar cocinando a fuego alto, tapada y hasta que hierva.

-Una vez que comience la ebullición, bajar el fuego y cocinar hasta que las lentejas estén blanditas. A mi me gustan al dente, por eso el tiempo de cocción es variable dependiendo del gusto.

-Una vez listas, disolver una cucharada de Maicena en menos de media taza de agua fría, incorporarla a las lentejas y revolver. Quedarán espesas y con más cuerpo.

-Cortar los fondos de alcachofa en cubitos y saltearlos en un chorrito de aceite de oliva. Aliñar con merkén y un poco de sal.

-Servir con queso parmesano.


Resultado.

Un plato calientito, oloroso y de sabor suave. Lo bueno de hacerlo sin arroz es que queda liviano y fácil de digerir. La zanahoria y la calabaza le dan un toque dulzón muy atractivo y los fondos de alcachofa son un muy buen acompañamiento. ¡No quedó ninguna lenteja en la cacerola!

jueves, 20 de mayo de 2010

¡Bocato di cardenale!

Cocinado por Huma el jueves, mayo 20, 2010 0 cucharadas

Y fuimos a comer donde Lolo y Lili, nuestro amiguitos que gozan cocinando. Y vaya que lo hacen bien.

Esta vez cocinó Lolo y, la verdad, fue un placer. Que los amigos a una la inviten a comer es demasiado agradable. Empezando porque me quedo sentada en el sillón bebiendo algo rico, después porque como algo delicioso y, para finalizar, quedo con la guatita llena y el corazón contento sin tener que lavar platos, barrer migas y ordenar la cocina.

Lolo esta vez nos deleitó con pasta. Yo amo la pasta, podría comer todos los días pasta porque es rica, fácil de hacer y con cualquier cosa queda bien. Mi amiga Anelys me enseñó a comerla con ajo, oliva y ají cacho de cabra. A mi me gusta con oliva y orégano. A mi madrecita santa con boloñesa y así, un sinfín de múltiples modos de prepararla. Pero, eso sí, siempre al dente. Por eso cuando la cocino lo hago con reloj en mano.
Y esta pasta que cocinó Lolo, ¡uf! Para chuparse los bigotes y quedar ronroneando por muchas horas. Les dejó acá la receta de estos fetuccinis que, como diría mi papito, quedaron ¡Bocato di cardenale!

Fetuccinis en salsa de tomates frescos

4 felices personas pueden gozar con esto.


Ingredientes

Pasta

1 paquete de nidos de fetuccini.

Salsa

4 tomates maduros.
1 cebolla morada.
1 diente de ajo chilote (sino del ajo común y corriente).
2 pimentones rojos, asados.
2 tazas de vino blanco.
1/2 paquete de albahaca (Lolo muele la albahaca con oliva en la minipimer y después la congela en cubeteras, ¡excelente idea!).
1/8 aceitunas negras.
1 bandeja champiñones (opcional).

Preparación

-Asar los pimentones en el quemador de la cocina, una vez que están completamente negros ponerlos en una bolsa de plástico y cerrar por 10 minutos para que transpiren. Transcurrido ese tiempo, sacarlos y ponerlos sobre el chorro de agua helada para sacar su piel, pasarlos por papel absorbente para reducir el exceso de agua, ponerlos en la minipimer con un poco de vinagre, oliva, ajo, sal y pimienta hasta formar una pasta. Reservar.

-Blanquear los tomates (esto es para pelarlos sin que se rompan), hacerles una cruz en un extremo y ponerlos en agua hirviendo por 45 segundos, sacarlos y ponerlos en un bol de agua fría con hielo, sacarles la piel, eliminar las pepas, cortarlos en cuartos y sacarles la dureza blanca.

-Picar la cebolla en cuadritos, hacer lo mismo con el ajo.

-En un sartén poner aceite de oliva, incorporar el ajo y la cebolla, saltear, agregar un poco de azúcar y cuando la cebolla comience a ponerse transparente, incorporar los tomates y el vino. Tapar, cocinar por 15 minutos y después triturar los tomates con una cuchara de palo. Incorporar la albahaca.

-Filetear los champiñones y picar las aceitunas hasta que tome textura de pasta. Incorporarlos a la salsa junto con la salsa de pimentones.

- Rectificar la salsa con sal y pimienta si fuera necesario.

- Dejar reposar a fuego lento sobre tostador, y poner a cocer la pasta.

-Una vez cocida la pasta, escurrir y servir. Sobre la salsa poner rúcula picada y parmesano recién rallado.

Resultado

Un plato sabrosísimo y nada de pesado. El tomate con la rúcula picada fue todo un descubrimiento para mi. El aroma del pimentón asado y el sabor de las aceitunas se mezclan perfectamente, potenciándose. La pasta se siente y se saborea.
Ideal para una noche de otoño, amistosa y sonriente.

lunes, 17 de mayo de 2010

Hablando de comida

Cocinado por Huma el lunes, mayo 17, 2010 2 cucharadas
Y si, nada que hacer. Cuando tengo hambre, cuando me siento cansada, cuanto mi refrigerador está vacío, cuando hace frío, cuando me quedo en cama; cocino y como pasta. La maravillosa pasta.
Y, al igual que Narda, amo la pasta corta. Pero corta: los dedalitos.
Me cae bien Narda Lepes. Y me gusta como habla.
Por eso, los invito a leerla.

viernes, 14 de mayo de 2010

Calabaza, calabaza ¡Qué rico estar en casa!

Cocinado por Huma el viernes, mayo 14, 2010 4 cucharadas

Maravilloso día para una crema de zapallo.

Soy sopera. Completamente. En invierno y verano me gusta tomar sopas y sentir esa calidez que le es propia. En verano, amo la cazuela con choclo. En invierno, la carbonada y mi fabulosa crema de zapallo-zanahoria.

Lo mejor, mientras cocinas colocar un buen disco, servirse una copita de vino e ir cortando, salteando, oliendo y probando.

Dejo con ustedes a una de mis preparaciones estrella.


Crema de zapallo-zanahoria con piñones y tostinos.


Ingredientes para 4 felices personas.

Crema

-1 calabaza pequeña (puede ser butternut o unas que venden en el supermercado, que son redonditas y verde oscuro), cortada en cubos.

-4 zanahorias medianas, cortada en rodelas.

-3 dientes de ajo, picados finamente.

-2 puerros cortados a gusto, incluyendo un poco de la parte verde (no el tallo).

-1/2 caja de crema de leche

-Leche para licuar.

-Canela entera, hojas de laurel, sal y nuez moscada.

-Piñones cocidos y picados.


Tostinos

-1 baguette cortado en trozos a lo largo.

-1/4 queso mantecoso, rallado.

-Mezcla de aceite de oliva con merkén.

-Perejil.


Preparación

Crema

-En una cacerola, freír la cebolla y el ajo hasta que cambien de color. Agregar la calabaza y las zanahorias. Cocinar por 3 minutos. Poner agua hasta que tape todo (aproximadamente dos litros), y colocar la canela y las hojas de laurel. Salpimentar. Cocinar en olla tapada hasta que todo esté muy blandito.

-Una vez cocido, se saca lo sólido de la cacerola (eliminándo la canela y el laurel), y se va licuando, utilizando el agua de la cocción. Debe quedar como un puré.

-Se vuelve a poner en una cacerola y se le agrega la crema, la leche y la nuez moscada. La idea de la leche es que vaya diluyendo un poco esta preparación, pero no dejarla muy líquida. La consistencia es la de una crema normal.

-Servir con un tostino en la superficie, piñones picados y perejil.


Tostinos

-Se pincelan los baguettines por un sólo lado con la mezcla de merkén y aceite de oliva.

-Se colocan en el horno precalentado por 5 minutos. Luego, se sacan y se les pone un poco de queso y una hojita de perejil.

-Vuelven al horno hasta que el queso se derrita.


Resultado

La verdad, el resultado de esto es divino. El sabor de la mezcla de la calabaza con la zanahoria es bastante especial. Un dulzor con toque de canela y laurel. La nuez moscada otorga mucho perfume, lo que hace que sea una experiencia en todos los sentidos.

El tostino se va remojando en la crema, adquiriendo una textura exquisita.

Esta crema es para compartir y para que las mejillas se pongan coloradas.

¡Viva el frío, sólo para comer esta crema!

jueves, 13 de mayo de 2010

Linda comida

Cocinado por Huma el jueves, mayo 13, 2010 0 cucharadas

Quiche Treyolí

Cocinado por Huma el jueves, mayo 13, 2010 2 cucharadas

Este es un plato que no falla con Vinotinto. Y de paso, es una buena manera de alejarlo del vicio de la carne y demostrarle que los vegetales son versátiles y deliciosos.
El quiche es una preparación que proviene de la cocina francesa. Su nombre deriva de Küchen, vocablo de la localidad de Lorena, en el noroeste de Francia. A su vez, este término proviene del alemán Kuchen, que significa pastel.
Y es que eso es un quiche. Un pastel salado.
En la Francia del siglo XVII, el quiche que dio el puntapié inicial para que se cocinaran todos los demás que se conocen fue la clásica Quiche Lorraine, proveniente de, obviamente, Lorena. En una primera instancia, la Quiche Lorraine sólo se rellenaba con crema y huevos, pero evolucionó hasta la que conocemos en la actualidad, hecha a base de crema, queso, tocino y huevos.
Hoy en día, existen muchísimas variantes de quiche, siendo rellenadas a gusto de la persona que la cocina.
Si embargo, debo decir que hay tres ingredientes infaltables en las mías: cebolla, aceitunas y callampas secas. Pueden estar los tres juntos, o sólo uno. Pero siempre cocino con alguno de ellos porque entregan cuerpo, sabor y carácter.
La receta de esta quiche es para un molde grande. Con Vinotinto podemos comer durante dos días, lo que no nos molesta porque la quiche es compatible con muchos acompañamientos: una ensalada verde, papitas doradas, arroz árabe, quínoa, etc.
En resumidas, ¡viva la quiche y su versatilidad!

Ingredientes
para la Quiche Treyolí

Masa

1 ½ taza de harina, sin polvos de hornear.
50 gramos de mantequilla cortada en cubitos.
1 huevo.
Sal, aliños a gusto (yo uso merkén).
Agua para unificar los ingredientes.

Relleno

1 bandeja de champiñones.
2 cebollas medianas, cortadas en pluma.
½ pimentón en julianas finas.
10 aceitunas Azapa cortadas en a lo largo y finas.
Aliños (sal, pimienta, orégano).

Base relleno

2 huevos batidos.
1 cajita de crema de leche.
1 sobre pequeño de queso rallado.

Preparación

Masa

-Unir harina, huevo y aliños. Incorporar la mantequilla y mezclar muy bien.
-Agregar dos cucharadas de agua y unir hasta que la masa esté flexible y esponjosa. No es necesario amasar mucho rato, la masa debe verse lisa, homogénea y blanda.
-Enmantequillar un molde grande y desmontable.
-Uslerear la masa hasta dar con el diámetro del molde y colocarla en éste. Ir ayudándose con los dedos. Pinchar muy bien.
-Colocar en el horno, previamente precalentado, a fuego medio por 15 minutos.
-Una vez cumplido con el tiempo, sacar del horno.

Relleno

-Colocar la cebolla en un sartén con suficiente aceite y freír hasta que estén completamente doradas. -Agregar el pimentón y seguir mezclando durante cinco minutos más. Agregar los champiñones fileteados. Una vez cocinado, apagar el fuego, aliñar, salpimentar y agregar las aceitunas.
-Para la base de relleno se deben batir ligeramente los huevos, incorporar la crema y el queso rallado. Mezclar.
-Se unen las verduras con la base, se mezcla bien y se rellena con esto la masa precocida.

Se cocina por 30 minutos, a fuego medio y calor central.
Como dato, yo respeto el tiempo de cocción pero, de todas maneras, me fijo en el aspecto del quiche. Para mi está listo cuando lo veo cuajado, sólido y dorado en la superficie.
Luego de todo este proceso en donde los aromas inundan el hogar, se sirve acompañado de lo que ustedes quieran. Recomiendo, eso sí, las papitas doradas.

Resultado

Una quiche delicioso, mezcla de verduras que se complementan muy bien, un hogar oloroso a masa cocinada y un (o una) acompañante con una sonrisa de oreja a oreja

miércoles, 12 de mayo de 2010

100

Cocinado por Huma el miércoles, mayo 12, 2010 0 cucharadas
Es un buen número.
Son 100 corazones, 100 estómagos, 100 bocas que lo saborean todo, 100 sonrisas, 100 aplausos y 100 maneras de cocinar.
Me siento feliz porque, como siempre digo, la comida es vida. Y si cocino y comparto, de algún modo entrego vida.
Quiero que seamos más amigos y amigas que, cocinen o no, disfrutan de la comida, de los olores y sabores, tanto o más que yo.
Acá no hay teorías, sólo consejos y secretos que he ido aprendiendo gracias a lo curiosa que puedo llegar a ser cuando algo me gusta mucho.
Mi cocina está abierta, la mesa servida y el delantal puesto.
Si llegamos a 100, ¿por qué no a 200?

martes, 11 de mayo de 2010

Ceviche musicalizado

Cocinado por Huma el martes, mayo 11, 2010 2 cucharadas
Inauguro, con este video de Rodrigo Castro, una nueva sección en La Cocina de Huma: "Videos y comida".
Como se que hay muchos y variados videos de este tipo, y no tengo tooooodo el tiempo del mundo para buscarlos (entre que estoy cocinando, inventando, limpiándome afanosamente y durmiendo en el antejardín), estaré muy feliz y agradecida de sus recomendaciones.
¡A disfrutar con este rápido ceviche!

lunes, 10 de mayo de 2010

Crear y comer

Cocinado por Huma el lunes, mayo 10, 2010 2 cucharadas


Si hay algo que me gusta, es que me regalen links con sitios sorprendentes, divertidos, útiles y especiales.
Y este me tuvo mucho rato entretenida porque se trata nada más ni nada menos que de arte con alimentos.
Hacer arte con comida es algo bien antiguo. Mi madre me cuenta que pintaba fideos chicos (como los dedalitos), los ensartaba en un hilo y los vendía como collares. También hacía flores con migas de pan.
Yo, por mi parte, era fanática de hacer timbres con papas. Y hoy en día me entretengo con Vinotinto pintándole caras a los huevos o haciéndoles dientes a los limones.
"52 Amazingly Creative Food Art" son 52 fotografías en las que los alimentos se transforman, mostrando una variedad enorme de posibilidades creativas.
Demasiado entretenido e inspirador.
Ahora comenzaré a pensar en nuevas formas de montar una ensalada de rabanitos, a ver si así Vinotinto se la come.

domingo, 9 de mayo de 2010

Cocinado por Huma el domingo, mayo 09, 2010 0 cucharadas

Hoy me enteré de algo que me perturba y entristece mucho. Y es esta nueva ley que ya está en el Congreso chileno y que se aprobará (espero que no) muy prontamente, sin que sepamos verdaderamente de qué se trata. Resumidamente, es una ley que privatiza la semilla nativa (su uso y explotación) en pro de la liberación de transgénicos (alimentos que son manipulados genéticamente, y que hacen muy mal para la salud).
Mi pena, es que con esta ley se daña a muchos pequeños agricultores y a una comunidad entera (Chile) que será mal alimentada por mucho tiempo.
El punto es el siguiente: hay muchas personas que no saben qué es lo transgénico, ni entienden verdaderamente lo que significa lo orgánico.
Hay muchos campesinos que ni siquiera pueden vislumbrar lo que puede sucederles si esta ley se aprueba.
Como amante de la comida, de los alimentos, de lo hermoso del arte del cultivo y, por sobre todo, de la identidad alimentaria de un país, les pido que lean ESTE ARTÍCULO y reflexionen.
Yo ya lo hice y prontamente les avisaré de un movimiento de OPOSICIÓN a estas medidas.
Tengo mi pequeño perejil acá en casa, que le da sabor a mis comidas. Quiero que mi perejil simbolice todos los perejiles, papas, cebollas, lechugas y todo lo que se cultiva de manera sana, limpia y sagrada. Y que respetemos eso.

viernes, 7 de mayo de 2010

Ciudad Vieja, Sánguches nuevos

Cocinado por Huma el viernes, mayo 07, 2010 1 cucharadas


Anoche fuimos con Vinotinto a la Sangucheria Ciudad Vieja, en el número 92 de la calle Constitución, al frente del conocido Galindo.
La verdad, yo lo conocía pero NECESITABA que Vinotinto lo hiciera, pues él ama los sánguches y más si son contundentes.
Porque si hay algo que caracteriza a Ciudad Vieja es la generosidad de sus preparaciones.
Cada uno pidió algo para beber. Vinotinto un shop Kunstmann de 1/2 litro, y yo una copa de Santa Emiliana Reserva Carménère.
Luego, después de mirar y mirar la carta, de comentar, recomendar, decidir, arrepentirse, volver a decidir, volver a arrepentirse y, finalmente, decidir con seguridad y certeza; pedimos dos sánguches carnívoros: Mechada y Corderito.
El Mechada lleva carne mechada cocinada en salsa casera de tomates, mayonesa de ajo, papas hilo y champiñones ostras salteados. Esta vez decidí pedirlo en pan italiano y acompañarlo con una ensalada de rúcula y lechuga morada. Pues bien, el sánguche, a nivel general, estaba muy rico y con la cantidad de mayonesa precisa para no transformarlo en una bomba de colesterol. Las papas hilo, doradas y crujientes, acompañaban armónicamente al resto de los sabores. Un acierto incorporarle champiñones ostras, que le dan un sabor y textura muy especial. Sin embargo, la carne mechada estaba un poco seca, lo que se notaba más dada la suavidad de los otros ingredientes. De seguro, no fue bien hidratada. ¿Cómo hidratarla? Pues, sellándola muy bien e insertándole verduritas a través de pequeños cortes de cuchillo. Con eso y un poco de agua tibia de vez en cuando, se consigue una mechada suave y fácil de comer. Sin embargo, y más allá de este detalle, el sánguche estaba rico, contundente y hecho con ingredientes muy frescos.
Otra cosa fue el que se pidió Vinotinto. El Corderito es un lujurioso sánguche preparado con carne de cordero cocida en cerveza, cilantro, ajo y aceitunas, más tomates deshidratados y queso de cabra fundido. Vinotinto eligió en pan amasado y, como no, con papas fritas de acompañamiento.
Este sánguche lo defino como una oda al sabor fuerte y textura suave. El cordero estaba blandísimo y con un sabor demasiado especial. Sumado esto a la exquisitez que son los tomates deshidratados y la potencia del queso de cabra, hacen de este sánguche un acierto en todos los sentidos. Porque, si bien es contundente, la sensación final es de haber comido una preparación que eleva todos los sentidos. El pan amasado, de excelente tamaño, textura y sabor.
Y claro, era cosa de ver la cara de Vinotinto y cómo sus bigotes se le encrespaban, para saber que estaba pasándola muy, pero muy bien.
La delicia de estos sánguches se potencia con los aliños que tienen a disposición del cliente: mostaza de Dijon, tabasco rojo y verde y aceite de oliva. Además, pedí limón para mi lechuga y me lo trajeron en un dispensador pequeñito y lindo.
Pucha que estábamos sonrientes. Y con un gusto salado tan grande que decidimos pedir postre. En eso, la carta es todo lo contrario a la de sándwiches: pequeña.
Nos decidimos por lo desconocido y pedimos Ponderación que, luego de comerlo, entendí por qué se llama así.
Es una especie de cilindro de masa caramelizada, muy parecida a la de las palmeras, rellena con nueces picadas y servido con manjar tibio y una bola de helado de vainilla.
¡Muy rico! Y todo muy bien “ponderado”. Cada elemento potenciaba al otro y lo acompañaba muy bien. Equilibrio de sabores y texturas.
Ciudad Vieja es un lugar cálido, ameno, cercano. Atienden unos garzones simpáticos, serviciales, rápidos y atentos. El lugar es confortable y, si bien se llena, no se transforma en un espacio desagradable y bullicioso.
Quizás el único pero, para mí que soy una gata sana, es que es un local para fumadores, por lo que el humo será una constante todo el tiempo.
Más allá de eso, acá tenemos un espacio para comer y pasarlo bien que hace uso total de las tres B que tanto nos gustan a los gatos de la clase media.
Así que, después de todo lo expuesto, sólo puedo decirles que vayan y coman. Que para eso fue creado este lugar.
Eso sí, reserven porque la cosa, después de las 19:30 horas se llena de humo, risas y ricos aromas.

jueves, 6 de mayo de 2010

Cebolla de cristal

Cocinado por Huma el jueves, mayo 06, 2010 2 cucharadas

He estado muy ocupada, metida en ollas de distintos tamaños, inventando nuevas cosas, ordenando la despensa (cosa muy necesaria en una cocina, sea amateur o profesional), y tratando de dar con el punto exacto de cocción de la masa de pizza.
Y bueno, el que lo logró al final fue Vinotinto, así que prontamente publicaré su maravillosa receta de pizza casera.
Por ahora, les dejo una canción que habla de cebollas, tan redondas e intrincadas, y de otras particularidades de The Beatles en su época más lisérgica. “Glass Onion” aparece en el álbum The Beatles, de 1968, y esta llena de referencias al grupo en sí.
Cuando la escucho, me dan ganas de freír cebollas.
Baile con "Glass Onion"

sábado, 1 de mayo de 2010

Pan tostado

Cocinado por Huma el sábado, mayo 01, 2010 2 cucharadas

Su olor aparece dos veces en el día, en cualquier barrio de cualquier parte de Chile. Y ese olor hace imaginar las mesas, el sabor de la mermelada, el suave color de la mantequilla, la niñita mascando en la mañana, con el uniforme puesto. El abuelito silencioso, escuchando radio, por la tarde.
El aroma de las tostadas es un aroma evocador. Un aroma unificador, un aroma universal. Puro.
A mi me gusta ese aroma, que sale revoloteando por las ventanas, enredándose en los nidos de los pájaros, elevándose a la punta de los árboles, bailando con el viento, que lo lleva lejos, lejos, lejos, como si fuera un mensaje. El recado que un hogar le manda a otro, susurrándole “es la hora de vestir la mesa y tostar el pan”
Y así, las cocinas se entibian y perfuman con el pan tostado. Un pan sencillo, sin mayor atributo que ser pan que alimenta, satisface y da placer. El pan que se compra en la esquina, a cierta hora. El pan que se transporta en un triciclo, y que va de almacén en almacén entregando la porción necesaria para alimentar a la cuadra. El pan que, cuando está fresco, es un vicio. El pan que se comparte. El pan que se divide.
Las tostadas son maravillosamente sencillas.
Una buena marraqueta tostada puede hacer de cualquier café cortado, un desayuno ideal.
Porque, para mí, es la marraqueta el mejor pan para ser tostado. Los otros, se calientan, se hornean, se fríen y si, se tuestan, pero ninguno adquiere esa textura montañosa, lo crujiente suave, el sabor potenciado de la marraqueta tostada.
A mi la marraqueta tostada me hace feliz. Me ha salvado de penas, de hambres, de rabias. Me ha regalado recuerdos inolvidables, colaciones envueltas en servilleta, desayunos pobres pero hermosos.
Olor a pan tostado. Ese olor es, a su vez, imagen. Y esa imagen es una especie de gen que cada uno lleva dentro, reconociendo en ese olor, un momento. Y en ese momento, la situación cotidiana.
Un olor que simboliza. Un olor que hace patria.
Me parece verdaderamente hermoso.

¿Alguna vez pensé en lo importante que es tener tostadas en un hogar?

Creo que no. Pero sé que desde ahora, será una responsabilidad.
Y que desde mi ventana salga el humito oloroso. Y que mi hogar le susurre a otro “es la hora de vestir la mesa y tostar el pan”.
 

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