viernes, 30 de abril de 2010

Ñoquis caprichosos

Cocinado por Huma el viernes, abril 30, 2010 4 cucharadas

Y bueno. Ayer fue 29, día de ñoquis.

Sé que no es una obligación pero me vino esa obsesión gatuna, como cuando me encariño con un sillón para afilar mis uñas, y lo único que quería era comer ñoquis. Se lo propuse a Vinotinto que, por cierto, ama mis ñoquis.

La cosa es que de repente, ese gato malcriado se fue a comer ñoquis a otro techo, con su compadre Lolito, y yo me quedé tirada en la cama moviendo la cola a ras del cubrecama. ¡Qué rabia! Si lo único que quería era comer ñoquis.

Y bueno, echada en la cama sin siquiera ronronear, pensando en unos ñoquis que cada vez veía más lejanos, me dije, desde lo más profundo de mi capricho: “¿Y? ¿sólo porque ese gato malcriado no está no puedo saborear unos ricos ñoquis?”

Y tan rápido como ese pensamiento, me levanté de la cama y fui directo al refrigerador. Lo abrí y analicé. Luego hice lo mismo con la despensa. Sumando mis dos observaciones me di cuenta que tenía todo lo necesario para saciar mi gula gatuna. Y de un zuácate comencé a cocinar lo que llamé “Ñoquis caprichosos”. Al ritmo de Ted Heath and his Music, me puse a preparar la receta que les dejo acá. Sin antes decir que no hay nada más agradable que calmar un capricho.


Ñoquis Caprichosos con salsa de tomate y aceituna.

(2 grandes platos)


Ingredientes

Para los ñoquis caprichosos:

4 papas medianas.

1 huevo.

1 taza de harina.

sal, nuez moscada.


Para la salsa:

2 tomates medianos, sin pepas.

½ zapallito italiano.

½ cebolla mediana, cortada en cubitos.

½ pimentón rojo, cortado en cubitos.

3 dientes de ajos, finamente picados.

10 aceitunas fileteadas.

pimienta, merkén, hojas de laurel.


Preparación

Ñoquis caprichosos


  • En una olla con agua fría poner a cocer las papas con cáscara. Se cuecen hasta que las papas estén tiernas, esto es cuando se entierra fácilmente el cuchillo hasta el centro.

  • Una vez cocidas, se sacan de la olla, se pelan y se muelen con el pisapapas.

  • Ya molidas, se le agrega el huevo y los aliños. Mezclar hasta unir muy bien estos ingredientes.

  • Luego, se le va agregando lentamente la harina, hasta formar una masa homogénea. La masa se pega a los dedos, es normal. No hay que echarle más harina porque sino los ñoquis quedan duros y con sabor a harina.

  • Ya mezclado todo, se pone sobre el mesón de cocina y se amasa sólo hasta mezclar muy bien todos los ingredientes. En este proceso, es necesario ir espolvoreando harina para que la masa no se pegue ni al mesón ni a los dedos.

  • Una vez lista, se toma una porción del porte de una pelota de ping pong y, siempre con harina en las manos, se forma un rollo largo y de un centímetro de espesor. Se cortan los ñoquis de tres centímetros y, con la ayuda de las palmas de las manos, se forma una bolita que se aplasta levemente. Estas bolitas se van dejando sobre una superficie enharinada para que no se peguen unas con otras.

  • Se repite este proceso hasta terminar con toda la masa.

  • Colocar suficiente agua en una olla y, cuando comience a hervir, agregar sal y comenzar, poco a poco, a echar los ñoquis, con ayuda de una espumadera.

  • Cuando comiencen a subir a la superficie, significa que están listos. Sacar y servir, inmediatamente, acompañados de la salsa.


Salsa de tomates y aceitunas


  • Pelar los tomates, quitarle las pepas y picarlosen cubos.

  • Picar en cubos el zapallito italiano.

  • Poner los tomates y el zapallito italiano en la mini pimer, con un poco de aceite de oliva, y triturar.

  • Freír la cebolla y el ajo hasta que estén dorados. Agregar el pimetón y seguir friendo hasta que éste cambie de color.

  • Agregar a este sofrito el puré de tomates y mezclar. Cuando comience a hervir, agregar el laurel, la pimienta recién molida, el merkén y el orégano. Mezclar.

  • Dejar la salsa a fuego lento, revolviendo de vez en cuando, durante cinco minutos. Agregar las aceitunas.

  • Cocinar hasta que el liquido se evapore.


Resultado final

Un plato de ñoquis caprichosos y caseros deliciosos, acompañados de una salsa liviana, especial para acompañar una pasta como el ñoqui, que es contundente. Sumado a esto, el capricho calmado y el corazón contento.





jueves, 29 de abril de 2010

Ñoquis del 29

Cocinado por Huma el jueves, abril 29, 2010 0 cucharadas

Hoy es 29, hoy es día de ñoquis.
No es una obligación, claro está. Pero es una buena razón para tomar prestada esta tradición italiana y hacer esas pelotitas de papa, harina y huevo que tanto me gustan.
Para comenzar a enteder lo que es un ñoqui, pues vayamos a la etimología. Ñoqui es el españolizado de gnocchi, que en italiano viene de gnocco que significa "bollo", "grumo" o "pelotilla". Y claro, si miramos de cerca un ñoqui, es una pelotilla abultada.
Ahora, si pensamos en por qué tiene esta forma, pues porque está hecho de papa y harina, una mezcla que sólo se puede manipular de esa manera, pues amasarla hasta dejarla tan delgada como para hacer spaghettis es un poco complicado, por no decir imposible. Es decir, el ñoqui es ñoqui porque su esencia es ser un grumito. Lo que me da a entender que en realidad la nomenclatura de las pastas tiene su origen en su esencia, en su modo de ser. Eso da para otro capítulo.
Volvamos a los ñoquis. ¿Por qué el 29?
Bueno, sobre esto hay varias versiones. Pero dos que prevalecen sobre las otras.
La primera hace referencia al Patrono Pantaleón. Se dice que antes de ser santo, fue un médico que, al convertirse al cristianismo, emigró al norte de Italia. Fue en esta zona en donde hizo un gran trabajo como doctor, sanando a mucha gente. En una de estas ocasiones, pidió pan a una familia muy pobre que, sin embargo, lo invitó a pasar y compartir la humilde cena de ese día. Agradecido, Pantaleón les vaticinó un año de grandes cosechas, cosa que se cumplió. Luego de esto, y de muchas otras cosas más, fue consagrado patrono de Venecia. Todo, a partir de ese día 29 en que compartió la cena con unos humildes campesinos.
La segunda versión cuenta que por ahí por 1690, en un pueblito del Piamonte, la miseria y el fracaso de la cosecha del trigo obligó a los habitantes de la zona a utilizar la papa, que en esa época estaba destinada solamente como alimento de los animales. La creatividad del pueblo hizo que esta nueva invención culinaria, los ñoquis, salvaran de la hambruna a mucha gente. Desde esa época, la gente se reúne todos los 29 (día en que se celebra al Santo Patrono) a comer ñoquis, dejando un billete debajo del plato, como augürio de prosperidad durante todo el año.
Versiones disímiles pero que dejan entrever la presencia de la religiosidad y del agradecimiento por poder compartir un plato de comida caliente.
No tengo ninguna versión favorita. Tengo la sensación de que hay muchas más historias para explicar el nacimiento de la tradición de los ñoquis los días 29 de cada mes. Pero lo que sí me queda claro, es que la comida, desde un inicio, ha sido punto de encuentro entre las comunidades. Y ese es el valor más grande: que, sea como sea el plato que nos reune, se comparte, festeja y agradece.
Así que hoy amasaré la papa, la harina y el huevo, y convidaré a todos los cuchos y cuchas que conozco.
Y creo que instauraré el día de algún plato que me guste. De pura golosa.

Acá les dejo un link de receta de ñoquis de zapallo, bien sencilla y fácil de preparar. Lo más importante es cocer el zapallo al horno o al vapor, pues en agua absorve mucho líquido y resulta imposible quitárselo. Ni siquiera con un kilo de harina.

miércoles, 28 de abril de 2010

El Puré

Cocinado por Huma el miércoles, abril 28, 2010 0 cucharadas

Se dice que el puré es un invento de los cocineros romanos de Julio César, y que fue creado con el fin de alimentar a los miles de legionarios y centuriones que constituían la famosa Legión Romana. Si lo miramos desde este hecho histórico, es posible que así sea, pues la papa no sólo es económica y nutritiva, sino que también muy saciadora.
Lo que sí, de seguro ese puré romano debe haber sido preparado de manera simple, sin ninguna intención de darle un matiz gourmet al asunto.
Sin embargo, como toda cocina evoluciona y como toda preparación va tomando el carácter de la zona, hoy vemos muchos modos de preparar el puré. En Alemania, más específicamente en la localidad de
Oberlausitz, se prepara un puré llamado Abernmauke, que contiene cebolla.
Más al norte del continente europeo, en España, el puré no es muy común pues los españoles prefieren comer la papa cocida, pero cuando hacen puré, pues lo preparan de manera muy especial: al puré de papas le agregan pimentón, lo que le otorga un color rojo muy parecido al del puré picante. Al servirlo, se hace una montaña de puré y se decora con torreznos, una especie de chicharrón. A este especial puré español se le denomina Papas a lo pobre o Papas revolconas.
Ya llegando a Francia, podemos reconocer su famosa elaboración de Pomme duchesse, que contiene yema de huevo entre otros ingredientes, y que se elabora por extrusión, para darle una forma definida y particular.
Como ven, en cuanto al puré, hay muchas maneras de presentarlo.
Lo que es yo, desde que sigo el tip de Narda Lepes (molido con pisapapas, poca crema y un buen toque de nuez moscada), sólo como y disfruto el puré así. Aunque también he probado uno con espinacas y cebollas caramelizadas hecho por mi comadre Lili, para chuparse los bigotes.
Y bueno, ni qué decir las cosas que se pueden hacer con puré: gnochis, pastel de papas, papas rellenas, milcaos, etc.
A mi amado Vinotinto le gusta tanto el puré (cosa rara en un gato, pero él es uno especial), que en más de una ocasión lo he visto comer tanto que se le sale por las orejas. Así mismito me gusta él, por eso es que ya que hablamos de puré pues nada mejor que terminar esta nota gastronómica con una canción que se la dedico completamente a mi Vinotinto.
Dejo con ustedes a Cecilia y su canción "Puré de papas".
¡A disfrutar y bailar!

martes, 27 de abril de 2010

El huevo

Cocinado por Huma el martes, abril 27, 2010 0 cucharadas




A mi, definitivamente, el huevo me parece adorable. Es un alimento maleable, que sirve para muchas preparaciones y, por ende, se adapta a los gustos de las personas. Tengo una amiga que detesta el huevo revuelto pero lo ama si está preparado a la copa. Mi abuela lo prefiere duro y yo, personalmente, también me inclino por el huevo a la copa.

Pero sea como sea que esté preparado, el huevo es un alimento del que se dicen muchas cosas. Por ejemplo, que la yema tiene un alto contenido de colesterol. Puede ser, pero también hay que tener en cuenta que la yema, a su vez, contiene fosfolípidos que limpian este colesterol malo. Así que eso de que comer huevo es malo, sólo se entiende si alguien consume cinco al día. Como dice mi tía Greta: “todo exceso es malo”.

En cuento a la clara, pues nada que decir, pues no contiene ninguna clase de lípidos e, incluso, contiene tantas proteínas que hay personas que sustituyen la carne por el consumo de clara de huevo.

¿Por qué quiero comenzar mi libro de recetas con el huevo?

Pues porque es lo primero que aprendí a cocinar y, aunque parezca sencillo, cocinarlo requiere de mucha presición. Así que acá les dejo mis tiempos de cocción del huevo, dependiendo del modo en que quieran comerlo.

Y de más está decirles que para llegar a este cálculo tuve que quemar, botar y romper muchos huevos.

Huevo a la copa: el huevo se pone en una cacerola, tapado con agua fría. Cuando el agua comienza a hervir cuentas, con reloj en mano, 2 minutos con 42 segundos. Luego, rápidamente, llevas la cacerola al chorro de agua fría y dejas que cambie el agua tres veces. La cocción precisa del huevo a la copa se hace en 2 minutos con 45 segundos, pero, para que quede perfectamente a la copa, se saca con tres segundos de anticipación. Entre que retiras la cacerola del fuego y la acercas al chorro de agua fría, ya han pasado los 3 segundos y ¡voilà! Listo para comer. En mi caso, con marraqueta cortada en pedacitos pequeños.

Huevo duro: el huevo se pone en una cacerola, tapado con agua fría. Cuando el agua comienza a hervir cuentas, con reloj en mano, 10 minutos. En esta etapa hay gente que reza un credo, pero yo no me lo sé, por lo que prefiero usar mi reloj. Luego de 10 minutos, retiras el huevo de la cacerola y lo pones en un cuenco con agua fría, la que debes ir cambiando cada cierto tiempo.Un huevo duro queda perfectamente cocido cuando, al sacarle la cáscara, está sale fácilmente, con la telita incluida. Cuando ha quedado mal cocido, la cáscara se pega a la telita y rompe el huevo.Desde mi punto de vista, nada más triste que un huevo duro roto e imperfecto.

Huevo revuelto: el huevo se pone en un sartén sobre aceite frío. Si lo pones sobre aceite caliente es muy probable que se fría antes de revolverlo y eso afecta a la consistencia del huevo revuelto. Cuando el huevo comience a cocerse, se revuelve, sin parar, hasta que la yema haya logrado un color amarillo parejo. En este momento, incorporo un chorrito de leche y apago el fuego, pero sigo revolviendo en el mismo quemador.

¿El resultado? Un huevo revuelto, bien cocido pero no seco.

La marraqueta, en este caso, también es muy bienvenida.

Nada mejor que iniciarse en la cocina que con huevos, pues son económicos y han pertenecido a la dieta universal por generaciones.

Acá, una infografía muy útil para medir la frescura de un huevo. ¡Gracias a mi novio Vinotinto por enviármela!

Para saber más del huevo, acá les dejo un interesante link sobre la Historia del Huevo.

 

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