sábado, 1 de mayo de 2010

Pan tostado

Cocinado por Huma el sábado, mayo 01, 2010

Su olor aparece dos veces en el día, en cualquier barrio de cualquier parte de Chile. Y ese olor hace imaginar las mesas, el sabor de la mermelada, el suave color de la mantequilla, la niñita mascando en la mañana, con el uniforme puesto. El abuelito silencioso, escuchando radio, por la tarde.
El aroma de las tostadas es un aroma evocador. Un aroma unificador, un aroma universal. Puro.
A mi me gusta ese aroma, que sale revoloteando por las ventanas, enredándose en los nidos de los pájaros, elevándose a la punta de los árboles, bailando con el viento, que lo lleva lejos, lejos, lejos, como si fuera un mensaje. El recado que un hogar le manda a otro, susurrándole “es la hora de vestir la mesa y tostar el pan”
Y así, las cocinas se entibian y perfuman con el pan tostado. Un pan sencillo, sin mayor atributo que ser pan que alimenta, satisface y da placer. El pan que se compra en la esquina, a cierta hora. El pan que se transporta en un triciclo, y que va de almacén en almacén entregando la porción necesaria para alimentar a la cuadra. El pan que, cuando está fresco, es un vicio. El pan que se comparte. El pan que se divide.
Las tostadas son maravillosamente sencillas.
Una buena marraqueta tostada puede hacer de cualquier café cortado, un desayuno ideal.
Porque, para mí, es la marraqueta el mejor pan para ser tostado. Los otros, se calientan, se hornean, se fríen y si, se tuestan, pero ninguno adquiere esa textura montañosa, lo crujiente suave, el sabor potenciado de la marraqueta tostada.
A mi la marraqueta tostada me hace feliz. Me ha salvado de penas, de hambres, de rabias. Me ha regalado recuerdos inolvidables, colaciones envueltas en servilleta, desayunos pobres pero hermosos.
Olor a pan tostado. Ese olor es, a su vez, imagen. Y esa imagen es una especie de gen que cada uno lleva dentro, reconociendo en ese olor, un momento. Y en ese momento, la situación cotidiana.
Un olor que simboliza. Un olor que hace patria.
Me parece verdaderamente hermoso.

¿Alguna vez pensé en lo importante que es tener tostadas en un hogar?

Creo que no. Pero sé que desde ahora, será una responsabilidad.
Y que desde mi ventana salga el humito oloroso. Y que mi hogar le susurre a otro “es la hora de vestir la mesa y tostar el pan”.

2 cucharadas on "Pan tostado"

Baloncillo on 4 de mayo de 2010, 7:14 dijo...

el aroma de pan tostado es un claro recuerdo de mi niñez... acompañado por una taza de té con leche... sencillamente increible

Huma on 6 de mayo de 2010, 12:00 dijo...

Así es. Completamente evocador.

 

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